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jueves, agosto 05, 2010

PORNOSTARS Y UN BUEY SOLO




El libro de poemas esta dividido en tres partes, a) PORNOSTARS. Poemas a seis estrellas del cine pornográfico, escritos por Buey Solo. b) EL BUEY SOLO. Se cuenta la vida cotidiana de Buey Solo. c) RECUERDOS DE UN BUEY SOLO. Buey Solo nos cuenta sus quejas de bandoneón.
Este libro de poemas surgió de un encuentro fortuito en la calle. Espero que la salida de este libro provoque más encuentros.
Para compra electrónica, hacer click aquí:
http://www.hdediciones.com.ar/pornostars.html
PORNOSTARS   Y UN BUEY SOLO







PORNOSTARS


...¿y si Dios fuera una mujer? alguno dijo

¿y si Dios fuera las Seis Enfermeras Locas de Pickapoon? dijo alguno

¿y si Dios moviera sus pechos dulcemente? dijo

¿y si Dios fuera una mujer?...


...¿y si Dios fuera mujer?
¡tetas de Dios! ¡blancos muslos de Dios! ¡lechosos! dijo
¡leche de Dios! gritaba por los techos de toda la ciudad...

Juan Gelman. “Preguntas”



En esta fotografía obscena

vendida (a escondidas de miradas) en la calle,

en esta fotografía pornográfica

cómo puede haber una cara

tan maravillosa como la tuya...
Konstantino Kavafis. “Así”.









JENNA JAMESON



I



¿escuchas el ruido enloquecedor del silencio?



yo lo escucho todas las noches insomnes



todas las noches insomnes

desde aquí se escucha perfecto



venís a

visitarme

a mi pieza



y todo es más claro

y más diáfano

cuando llega el día



me pongo mi escafandra

y toda la mejor ropa

que tengo en el ropero

trapos viejos



y salimos a caminar entre la gente

y pasamos entre la gente

totalmente invisibles

por las calles

entre la gente



¿ellos estarán acompañados por Jenna Jameson?



entramos

en un supermercado

donde todo es tan de ilusión

y tan de mentira

y eso me hechiza

y me hace olvidar



mientras elijo los precios más baratos

y vos te sonreís



eso me hace olvidar

un millón de cosas pendientes

un millón de cosas que pesan

una tonelada

cada una

sobre mis hombros



y en medio de las góndolas

te das vuelta

me miras a los ojos

volvés a sonreír

y muy suavemente



y con tus labios muy cerca de mi oido

me susurras:



carpe diem





II



en esta masacre

estamos juntos

ángel de los despedazados



en estas veredas

en estas calles

en las plazas

en los bares

en las ferias



estuvimos haciendo historias



en donde

tu piel fue todo el cielo que necesite





III



llegaste



y la ciencia

y la lógica

y los buenos modales

se fueron a dormir



¿menage á trois?





IV



me engaño

cuando quiero



y cuando no quiero

también





V



entre



todos



los sueños



me quedo



con éste



tan bien



envuelto



envuelto



con sueños





VI



sueños que

no te salvan de nada

sueños que

tampoco te matan

sueños que

más bien te ayudan



aunque sea a atarte

los cordones

de las ganas

por las mañanas







DESMESURA O DECLARACIÓN DE AMOR A JENNA JAMESON.



mañana bombardearán

con modelos de tu vagina

toda la ciudad



y venderán en remate

a beneficio de los miserables

todas las prendas de todas tus películas

y los negros gritan

viva el porno

viva el porno



y tus videos

se pasarán en los colegios de primaria

y los niños gritan

viva el porno

viva el porno



y el porno será obligatorio

bajo pena de muerte

ejecutada por apuñalamiento con consoladores

y mientras los ejecutan gritan

viva el porno

viva el porno



y en una manifestación multitudinaria

donde los hombres estén vestidos de travestis

y las mujeres desnudas

y llevándote el pueblo en andas

serás coronada reina



la reina más bonita

del mundo



y emperatriz de mi corazón







CHASEY LAIN





querida Chasey:

rodea toda mi vida

con tu cabellera



rodea toda mi vida

con tus ojos



mirame

rodeame

buscame

encontrame

descubrime

chupame

descuidame

despedazame

vomitame



reconstruime



atentamente: tu seguro servidor.



posdata: ¿te exijo demasiado?





II

puedo ser buen payaso

en este circo



donde el show

dura demasiado poco

como para aburrirse





III

la grande mademoiselle

ideal protagonista

de policial negro



bella

extravagante

ridícula

grotesca

extravagante

sublime

magnífica

elegante



perfecta



perfecta

para mí





IV



¿conocerte es la excusa para el sexo

o el sexo es la excusa para conocerte?





V



escombros de Chasey

es el amor



apócrifo de amor

es el amor



sin Chasey





VI



estar con vos en este laberinto

hace más interesante

el laberinto







JO GUEST





I



te dejé un papel

sobre la mesa de la cocina



escrito con lápiz

y letra grotescamente gótica

rodeada de florcitas

criptas y calaveras



que decía:



Jo

una pregunta:



¿por qué entre la luz

de este nuevo día

hay cierto sabor a agonía?





II



tomaré



tus labios

tu nariz

tu ombligo

tu aliento

tu cara

tus ojos

tus pestañas

tus piernas

tus uñas

tu lengua

tu saliva



lo necesito

para poder aspirar

la próxima bocanada de aire





III



te inventé



una voz

un olor

charlas

preguntas

respuestas

una risa

una lágrima

un caminar

una piel

una petit robe noir

una espalda



una forma de girar

la cabeza

cuando te llaman



haciendo muchas muecas

haciéndote la idiota

haciéndote la bizca

desnuda

mientras comíamos

tostadas con manteca

y tomábamos café

sentados en una mesa



con el viento moviéndo

tu rubia caballera

en el medio de la tarde

con el sol caluroso

en una casa con patio

y olor a verano



me inventaste







NIKKI TYLER





voy a estar solo

tan asquerosamente solo

tan terriblemente solo

como un astronauta

en el espacio

sin posibilidades de volver

al planeta tierra

por un lapso horrible

de tiempo



así que ya puse

dentro de un trapito

pequeño y cómico

y lleno de agujeros

como mi historia

algunas cosas mías



imágenes que se están yendo

llenas de colores

y luces y sombras

¿y de alegrías y tristezas?



pipradol

pirovalerona

tranilcipramina



una gota de olor de un pasillo

de hace mucho

mucho tiempo



facetoperan

metilfenidato

norefedrina



un atado de cigarrillos

philip morris



trozos de algo que fue

y ya no será



una botella de whisky

Justerini & Brooks



antiguos remedios

sortilegios y embrujos

guardados en un antiguo libro



café molido a la vista

en el bar puerto rico

de la calle alsina y defensa



cajitas de rohypnol



algunos interesantes

secretos de familia



una calle que fue mía

y ahora es de los dos



una bolsita

con jarabes y pastillas

correctamente mezclados



y en dosis exactas

para no morir de melancolía

Nikki Tyler







REBECCA LORDS





te voy a extrañar

de todas las formas posibles



la vida es demasiado

idiota

la vida es demasiado

barata y jodida

como para

no poder inventarme

sentimientos

y con esos sentimientos



inventarme



inventarte



invitarte



te amo





TRACY LORDS





¿quién me robó

a mano armada

en aquella jaula

el alma?



¿qué ladrón estúpido

la robó?



pagaré recompensa

tome papel y lápiz

anote



recuerde

pagaré recompensa



recuerde

soy buen pagador



señas particulares:



está envuelta en algunos papeles

de diarios

y algún que otro

panfleto

abollado

viejo

tirado en el piso

y medio pisoteado



huele a mar

tiene un ala

pero con un ala

nadie vuela

pero es un ala

así que cuidado



toma margaritas y pasea

sin paragüas

en días de lluvia



en la ventana de un bar

aún mojado por la lluvia

tequila limón y sal

mira hacia la calle

sin mirar la calle

extrañando las películas

cuando Tracy Lords era joven







EL BUEY SOLO



¿Cómo se llama, cuando el día comienza como hoy y todo está marchito y destruido y el cielo lo domina todo?

Eso se llama la aurora.

“Cela s’appelle l’aurore.” Guión: Luis Buñuel, Jean Ferry, según la novela de Emmanuel Robles.





MODUS VIVENDI.



Había una vez un buey solo, que se llamaba Solo. La pasaba bien y no se quejaba, lo cual es bastante.

Comía salame y queso con pancito y tomaba whisky, ginebra, pisco y miraba la televisión, leía revistas y periódicos, por océanos de horas. En su pensión, de día y de noche se escuchaban ruidos (ruidos de los vecinos, de la calle, etc.) que él interpretaba como música. Fumaba mucho y tosía mucho, mientras leía las crónicas policiales del diario más amarillo de la ciudad, se sonreía y a veces reía. Se vestía desprolijo como rockstar pero a las que realmente amaba era a las pornostars.

Por las noches no podía dormirse y fumaba mucho y tosía mucho y le dolían los pulmones y la garganta y los vecinos lo escuchaban y pensaban, “qué poca vida tendrá este buey”, y lo pensaban y lo deseaban, deseaban verlo muerto al buey. Muerto el buey se acabó la rabia, decían y se sonreían. El buey pensaba y se sonreía, mientras fumaba, mirando el techo, desde su canoa-cama, que el destino era tan azaroso que posiblemente él vaya al cementerio a despedir los restos de alguno de sus vecinos; y esa idea le gustaba, no por que los odiara, si no porque es hermoso ir a los funerales de gente por la cual uno no siente nada y después, antes de volver a casa, en una mañana despejada, luminosa, sabiendo que uno está vivo. Entrar a un bar, pedir café con leche y tres medialunas, encender un cigarro y toser y sonreírse y comprar el diario más amarillo que podamos comprar.

El buey todas las noches de insomnio recordaba a Jenna, a Rebecca, a Jo, a Nikki y a los buenos viejos tiempos que ya no están, y no se cansaba de enumerar todo lo que se había ido, en una hoja de papel larga y finita :

la casa y el coche que algún día iba a tener,

la gente jugando a las cartas con las palabras,

el equipo musical,

el teléfono,

el futuro,

el perro,

el gato,

la familia,

los trajes,

tener la seguridad de no morir en un hospital publico,

la razón,

disfrazar el horror de cada día a toda costa,

la gente jugando a los dados con las palabras,

el orden,

la ciencia y la técnica aplicada a los electrodomésticos,

un buen control remoto,

los ahorros que se fueron por el caño,

las buenas costumbres,

Chasey,

la Internet,

el confort,

la puntualidad,

algún tipo de premio alguna vez,

Tracy,

la gente jugando al ajedrez con las palabras,

el aburrimiento,

una obra social con una amplia cobertura médica,

la mentira cotidiana,

la gente que no se cansa de morir.

Adiós, hasta siempre, los amo, pensaba para sí y mientras quemaba la hoja de papel larga y finita dentro de un cenicero y se quedaba viendo el fuego, y el humo que se va haciendo figuras en el aire, trataba de consolarse, de pensar en otras cosas, pero era imposible y miraba el libro de James Hadley Chase que estaba leyendo, que se encontraba en la mesita de luz, al lado del cenicero, cuyo título era, “Sin dinero a ninguna parte.”

Paseaba por la ciudad, caminando sin cesar. Mientras miraba la ciudad, filmaba películas con sus ojos. Olía el aire de cada rincón de las calles y los rostros pasaban cerca de su cara. En las horas pico atravesaba la ciudad en trenes repletos, en el más estrecho contacto con el pueblo, aprovechaba para masturbarse.

Lo que mas le costaba era levantarse de la cama. Le costaba ir de compras. Le costaba vivir y le costaba morir. No le gustaba pensar y no le gustaba ser estúpido, le gustaba aparentar ser estúpido. Le costaba moverse y le costaba estarse quieto. Solo un par de días sentía que valían la pena y los demás días, eran días perdidos; y no está mal que los días se pierdan, así como así, como se iba perdiendo todo lo demás.

Perdió el pasado. Perdió el trabajo. Perdió el presente. Perdió la mujer. Perdió el dinero. Perdió el futuro. Perdió la fe. Perdió la guerra. Perdió la paz. El buey nació para perder y perderse y vivir en algún lugar perdido, perdiendo tiempo, perdido en sus pensamientos, tratando de no perder la cabeza, perdido por perdido. Perdió la sonrisa, se le cayó de los labios, y se fue a encontrarla en alguna mesa de ofertas, caminando por la calle con las manos en los bolsillos.

“Si hay miseria que se note,” decía el buey en voz alta, como hablando con alguien. Tirado en la cama, mirando el techo derruido por la humedad y con las manos cruzadas sobre su cabeza y el cigarrillo interminable y delicioso en su boca, sonreía, el dolor a veces ríe.

A veces hace sol, y hace buen tiempo, y el buey sale de su cueva y caminando lentamente, mirando todo, como si fuese un extranjero, o mejor, como si la ciudad fuese un café que hay que saborear, va a una plaza. Se sienta en un banco a sentir cómo se deslizan las horas. Horas que son como agua que corre lenta y mira a la gente pastorear y correr, lenta o rápidamente, pensando: “la vida es una mierda, pero a veces sonríe o te guiña un ojo”.

Si tiene dos mangos en el bolsillo va al bar, a tomar un vermú con sus pantalones arrugados y su mirada gacha y esquiva, tan bien estudiada. Sumergido en la canalla supo ser feliz, o al menos pasarla bien, lo cual es bastante.





FEMME FATAL.



Si no fuese por Tracy, creo que hoy el buey sería un cadáver, un cadáver muertísimo, desolado. Tracy lo salvó. En lo peor de una pesadilla, una pesadilla donde todo se caía y todo se hundía y nada quedaba en pie, y nada se sostenía: aparecio ella

Y sintió algo diferente, en cuanto la vio, pensó: “cómo te voy a extrañar cuando te vayas” y le dijo, “llegaste en el momento justo”.

Y luego de un tiempo, Tracy se fue, se fue muy lejos, no sé dónde, pero lejos, y el buey quedó triste, tristísimo.

Y la extrañó por siempre. Ahora todas las noches cierra los ojos y la ve y charla con ella largo tiempo hasta que se duerme y siguen charlando dentro del sueño con ella.

Poco después de despertarse, tomando una enorme taza de café sin azúcar, se quedaba durante largo tiempo con la mirada fija en un espejo roto, que había colgado sobre la pared del cuarto de su pensión, y pensaba: “si hay miseria que se note”.

“Todo el mundo,

en este mundo,

inmundo

tiene un amor.

Todo el mundo,

en este mundo,

inmundo

tiene un amor.

Salvo yo.

Salvo yo.

¿Seré yo?”

Cantaba el buey, mientras miraba en el pequeño espejo, su cara rota, en los primeros momentos de la mañana.

En el espejo roto, estaba él, no estaba Tracy, en el espejo roto estaba él, solo y roto.





REALPOLITIK.



“Si hay miseria que se note”, decía el buey por las calles y de la mano de Jenna mirando vidrieras, simulando hacer compras. Mientras pensaba, “No hay remedio para las malas ropas que llevo (sí, soy un tipo que si tiene un mango, se lo gasta en pilchas, pero resulta que hace un tiempo, demasiado largo, que no veo un mango); los silenciosos crímenes diarios que tanto me divierten y me hacen reír con esa risa nerviosa; los malos modales de la gente que nos intenta asesinar; la roña que parece impregnar todo; mi estupidez; la lluvia de letras que van formando palabras que digo a diario, como si fuesen mías, pero no, no son mías, son de otros tipos”.

Y en la calle entre la multitud el buey sentía toda esa inmensa bola de mierda, bailando y cantando en el medio de cualquier historia, esperando el momento justo. La muerte y el dolor... y no hay remedio. Y la gente mientras tanto, para hacer tiempo

o para llevar la contra

o por joder

o porque las cosas pasan por que sí

o por que saben que no tiene remedio

o por que no saben...

tratan de caminar haciendo compras, mirando las vidrieras, paseando, charlando, tratando de disfrutar el rato.

Y Jenna mientras tanto observaba a la gente que pasaba. Y por un instante dejó de caminar, soltó la mano al buey. Se detuvo, y se quedo mirando, seria, quizás triste, el reflejo de su figura sobre la puerta de vidrio de un comercio, y de pronto se puso a reír a carcajadas en el medio de la calle.







INTELLIGENTSIA.



A Griselda Garcia.


A Eric Schierloh.



Recomendaciones:

Pasar desapercibidos.

Caminar, caminar y caminar.

No buscar. Caminar para mirar.

Crear una, dos, tres, muchas personas. Aprender a usarse.

Ser un dandy del espíritu. Snobismo y superficialidad. Inutilidad de los actos.

Estar despierto.

Escuchar, para saber lo que quieren escuchar. Hablar, para que hablen.

La música la hace cualquiera.

Simulación. Disfraz.

Vivir clandestinamente.

Desorientar.

Descubrir al publico. Ser un médium.

Jugar siempre a favor de uno.

Inventar.

Imaginar.

Ser mago.

Hipnotizar.

Hipnotizarse.

Saber decir adiós antes de que caiga el telón.





RECUERDOS DE UN BUEY SOLO.

Vivir es creer; al menos es lo que creo.
Marcel Duchamp.







LAISSEZ FAIRE.



Éramos gente común.

Pensábamos que las personas, eran personas para divertir -como parte de un circo de monstruos- a un Dios sádico.

Construíamos día a día nuestro infierno privado.

Peleábamos entre nosotros y peleábamos contra todos, peleábamos mucho, éramos peleadores.

La modorra nos seguía a todas partes, de todos formas.

En todos lados estábamos como en casa, tomando el whisky importado de los desprevenidos. Sabíamos robar sin que se dieran cuenta y haciéndolos sentir cómodos. Y luego irnos, saludando cortésmente a todos y en especial a las damas, buenas noches, ojalá se repita, fue un gusto, el gusto fue mío, faltaba más, cortesía de la casa.

Pensábamos que el mundo eran de los hijos de puta, que dominaban a una inmensa mayoría de giles.





ENFANT TERRIBLE



Pequeñas perversidades de niño escapista, también ilusionista.

No había mucho qué hacer, salvo caminar por la inmensa playa de piedras y pensar en un mundo dividido en giles e hijos de puta.

Solitario y cruel supe divertirme a costa mía y de los demás.

No había mucho que hacer, salvo caminar por la inmensa playa de piedras y pensar: otra vida puerca.

Odiaba a los circos que venían al pequeño pueblo en el medio del desierto donde nací y me crié, sospechaba que allí torturaban a los animales y que los payasos no querían a los niños. Demasiado parecido al mundo, pensaba.

No había mucho que hacer, salvo caminar por la inmensa playa de piedras y solitario y cruel jugar con sentimientos propios y ajenos.

Toda la gente pensaba en irse del pueblo, mientras se quedaba. Demasiado parecido al mundo, pensaba.

Ahora me consuelo leyendo la vida de Aleister Crowley.





NOUVELLE VAGUE



No hay personajes, hay pedazos de gente en dispersión caminando por las calles.

Y amo a Godard.

¿Razón? Ni siquiera método.

Hay mucha charada hecha por caraduras.

Hay vestuario, movimientos, iluminaciones que cambian con el paso del tiempo.

Y amo a Truffaut.

Un ladrón dispara su arma contra el sol, en el medio de una ruta.

Una fotografía de Diane Arbus debajo de un libro de George Trakle.

Lo sucio no es sucio, es íntegro, me dijo alguien y luego me besó.

El vestuario parece casual pero ha sido muy bien pensado para despistar a las fuerzas del orden.

Y amo a Chabrol.

Escenografías naturales, para dar idea de un falso costumbrismo.

No hay remedio.

No hay final feliz.

Misterio y abandono.

¿Es tan triste y tan lluvia el destino?





PRIMA FACIE



Me gusta reír

de mí,

de ustedes,

reír con vos,

reír,

drogarme de risa,

riéndome estando serio

y reír riéndome.

Y luego que pasa la risa, quedarme quieto, confortablemente triste.

Me gustan los cigarrillos rubios.

Me gusta Juan Augusto Domingo Ingres.

Me gustan los diccionarios, los mapas, los planos.

Me gusta el café molido a la vista, sin azúcar.

Me gusta desnudarte.

No me gustan las personas que me quitan el aire.

Me gusta lo mejor de cada país

el vodka polaco,

la ginebra holandesa,

el whisky escocés,

el pernod francés,

el curazao brasileiro,

el tequila mexicano,

el pisco chileno,

el ouzo griego,

y el coñac español,

en ese orden de preferencia. El mundo está atrasado dos copas.

No me gusta sentirme muy dentro de este mundo, ni siquiera muy dentro de tu mundo.

Me gustan las pornostars.

No me gustan las personas que están muertas, y no lo saben. Contagian muerte.

Me gustan las pastillas.

Me gusta la sección policial de los diarios.

No me gusta lo obligatorio.

Me gusta dormir hasta tarde, aunque las mañanas están lindas también.

Me gustan las cosas y las personas que no me prometen nada y me permiten arrastrarme tranquilamente entre las horas que pasan incesantes y ansiosas, sumergido en las cálidas aguas del tiempo muerto.

No me gusta esperar. Las cosas están viniendo. Todo se mueve. Distraído las cosas me llegan. El oficio de dejar pasar y diluirse.

Me gusta lo gratis. La ganancia inesperada del azar.

Me gusta un golpe de suerte, un milagro, la fe.

Me gusta caminar, tratando de ver los colores en la luz de la mañana y en las noches, los olores y los ruidos lejanos, que parecen acercarse de vez en cuando, de tanto en tanto, entre las estrellas y la luna, y vienen a buscarme encontrándome feliz, como un gato.





COCKTAIL PARTIES.



Comí lo que había para comer, no tengo buen paladar, como sólo lo que supongo que es caro -a veces llego al mal gusto de preguntar los precios- como de más, quién sabe mañana que habrá en la heladera, y con eso y un bizcocho hasta mañana a las ocho.

Bebí todo el vino, el brandy y hasta todo el pernod que pude.

La realidad es el efecto de la falta de alcohol en la sangre.

Estoy fumando el penúltimo cigarrillo, desparramado en un cómodo sillón. Y ya no tengo ganas de oírme hablar (no es necesario escuchar, solamente seguir la melodía del otro, además en mi vida no hay lugar para personajes secundarios, y no estoy dispuesto a compartir cartel). La gente se está yendo, dejando la casa en desorden, así que me tendré que ir, para no hacerme cargo de las cuentas impagas o de la limpieza (ésta no es mi casa, mi casa no tiene paredes). Y fumando el ultimo cigarrillo, me voy por una calle, con la solapa levantada del saco de corderoy azul, escuchando el último tema musical de la fiesta, que se va apagando lentamente en mis oídos.

Y me digo que soy demasiado tonto y que en el fondo tengo suerte.





SPRIT DE CORPS.



Por suerte, ahora estoy solo. Salvo por los fantasmas, estoy solo.

No más personas y sus personalidades y personajes y personajitos. Y ese fláccido sentimiento de sentirse parte de alguna cosa de algo.

Sólo los fantasmas de vez en cuando, vienen a tomar el té. Y hablamos de pavadas, ¿qué otra cosa se puede hablar con ellos?

Tratando de matar el tiempo.

Rodeado de objetos, que más temprano que tarde, traen los recuerdos y a hurtadillas y lentamente van dejando hiel en mi corazón.

Estar solo, es una forma de quedarme con vos para siempre, rodeado de tus objetos, tus recuerdos y tu fantasma.





STATUS.



La humedad que corroe las paredes ¿significa algo más que la humedad que corroe las paredes?

Sólo me soporto a mí mismo, y solamente por las noches, con eso tengo para un largo rato.

La humedad que corroe las paredes ¿significa algo más que la humedad que corroe las paredes?

Lo que me falta de fe, me sobra de fantasía. No sé si se dieron cuenta. Es que a veces los ateos y escépticos terminamos siendo los seres mas supersticiosos. Nadie es perfecto.

La humedad que corroe las paredes ¿significa algo más que la humedad que corroe las paredes?

Me invento, nazco cada mañana, luego de despertarme y encender el primer cigarrillo.

Creo que todos nos inventamos cada mañana.

Invento una ciudad.

Invento una sonrisa y una forma de estar triste.

Invento un buey solo.

Invento un disfraz de un buey solo.

Y me lanzo al mundo.





POST MORTEM.



Vengamos a tu reino. Reino de insignificancia, reino de olvido, de vacío y de nada.

Estado natural de las cosas.

No está mal perderlo todo, para saber que era tan poco. Que salvo vos, el resto era muy poco.

Inmenso silencio, de solo vivir en tus pensamientos. En algunos momentos, de alguna mañana, en algún determinado movimiento, por el cual llegaré a tus recuerdos. No es mal lugar, o mejor dicho, es el mejor lugar del universo.

Voy a vivir entre tus cosas. Hasta que me olvides.





MEMENTO MORI.

A Emma Vázquez.



Te creí eterna, como parece eterno este día luminoso. Desde tu cuarto en el hospital, veo por la ventana, un árbol, es primavera y está floreciendo, pero es extraño, no siento ningún sonido, salvo el sonido de tu reloj, en la mesa de luz, marcando los segundos, siento que los segundos pasan lentos, como si el mundo se detuviese, pero sabemos que no se detuvo.

Adiós, Emma.

Tomo mi saco de corderoy azul, enciendo un cigarrillo, tratando de no mirarte, mientras salgo de la sala pero me doy vuelta y te miro y vuelvo al lado de tu cama, meto el reloj en mi bolsillo y acaricio tu cara y luego tu cabeza sintiendo tu cabello entre mis dedos, quizás no exista adiós y quizás las palabras más importantes no se dijeron (¿era necesario?).

Adiós, Emma.

Abro la puerta del cuarto, para salir, y siento que me decís “adiós, ridículo”. Pero no decís nada, es nuevamente mi tremenda fantasía. Y cierro la puerta.

En el pasillo caminan las enfermeras, los enfermos y los visitantes. Un médico me dice que apague el cigarrillo. Alguna gente está seria, pero también algunos ríen. Ruidos de murmullos.

Todos los hospitales huelen al mismo hospital, como si hubiesen patentado el olor y el dolor.

Ya te estoy extrañando, me falta tu amistosa bondad.

Adiós, Emma.

Salgo del hospital y me quedo mirando el edificio, no está mal para una obra social, aunque para vos, Emma, ya no habrá mañana.

Adiós, Emma.

Todo es tan estúpido. Ya no estás aquí. Ya no estás. Comienzo a caminar por la calle, luego doblo en la primera esquina, y me doy cuenta en ese instante que voy a ninguna parte.

Mañana habrá velorio,

comida,

confesiones

y chistes.

Y van a bailar hasta los muertos.





BOOM.



Mejor no digas nada.

No me preguntes por qué no reparo nada,

por qué las canillas gotean y el inodoro chorrea,

por qué no se llega a fin de mes,

por qué mi sueldo es miserable,

por qué hay tantos hongos en el baño,

por qué estoy tan poco interesado en todo,

por qué parezco tan frío,

y otras largas listas de preguntas sin respuesta, que traerás oculta en diversos lugares de tu vestido, que por otra parte, luce muy moderno.

Mejor, olvidate de pavadas, que son puro cuento, que alguien te hizo la cabeza, hoy estoy triste, así que cantá esta canción conmigo, tralalalalalala trala tralalal trala trala tralalalalalalalalalalalalala tralaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaa aa a tra tra tra tra tra tralalalalal aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tra aaaaaaaaaaa.

Y te amo tanto, que ni te imaginás.





A PRIORI.



Y nos quedamos en silencio, mientras la casa se derrumba. Tratabamos de dormir tirados en los sillones del living, uno en frente del otro, vos mirabas el techo. Yo te miraba a vos. Me pareció que ibas a decir algo en cierto momento, pero no fue así, simplemente hundiste el dedo -¡que lindo dedito!- en un agujero del sofá, como midiendo la profundidad de algo que te disgustara.

Después de los treinta, aburrirse no está mal, además podes pasar el resto de tu vida recordando los años locos, los viejos buenos tiempos.

¿Como confiás en alguien a quien no le gustan los gatos ni los cigarrillos? -pense-.

Me paré. Fui a la cocina. Traje dos vasos con hielo y nos servimos ginebra. Afuera anochecía, estábamos a oscuras y sentados en diferentes sillones sin decirnos nada, como perfectos desconocidos, desgarrados.

Ángel de mi dolor.





AVANT LA LETTRE.



Y si no nos encontramos, buena suerte.



Adiós.



Me siento de maravillas, la vida es hermosa sin lastre que llevar. Ahora voy a un club de cornudos alegres y jugamos cartas toda la noche, no hice amigos, pero no me va tan mal, no me divierto, pero les gané dinero.



Eso sí, lo que voy a extrañar:



tu imaginación aplicada científicamente al sentido del humor,

fabricar cualquier infinito en tres segundos,

fabricar cualquier infierno en tres segundos,

tus lágrimas en la puerta de nuestra casa esperándome a las nueve de la mañana preocupada, y yo te hago un chiste, y todo el mundo sabe que mi problema son los chistes.



Fuiste lo mejor de lo peor.





DOLCE FAR NIENTE.



El mejor plan es no tener plan.



Estoy harto de la satanización de lo fácil, como si todos hicieran trabajo fino, y nadie lo hiciera de taquito.



Todo es una estafa. Todos tienen un buzón que vender.



Y yo no tengo un peso dónde ir.



Si todos los caminos conducen a Roma ¿Por qué no va a Roma el camino mío?. Además, cualquier bondi me deja bien.



En este momento, me siento en el medio de un infierno bello y con muchas ganas de llamarte para que vengas a jugar conmigo y compartir tu infierno con el mío y abrir un bar para corazones destrozados y ponerle de nombre: Infierno bello.

Y un día cualquiera, quién sabe, quizás un día muy parecido al de hoy, me encuentre pensando que no fui hecho para trabajar o algo así como: “que trabajen los giles.” Y me voy muy lejos, con todo el dinero, para seguir haciendo lo que más me gusta, que no es precisamente trabajar en un bar que se llame Infierno bello.







AMOUR FOU.



Y mi corazón es tuyo, y el resto también.

Estabas recostada/ iluminada/ dorada/ fue el sol/ desvaneció.

Te guste o no las cosas son así. Envolvé mi corazón, en papel mache, colocalo en formol dentro de un frasco de vidrio, ponele un papel con mi nombre escrito a mano, vestite con la pollera negra, maquillá tus ojos claros, soltate el pelo, ponete la blusa roja y el saco de cuero que tanto me gusta, y llevalo a algún museo de la tristeza. Siempre hay gente que se reconforta con el dolor ajeno. Y siempre a alguien se le ocurre un chiste.

Y a veces, muchas veces, en tus brazos me morí un poco menos.

Bella ciao.





ANGEL FACE.



Abrazame. Tratando de no arrugarme la camisa que tuve que planchar yo, porque compartimos las tareas del hogar. Abrazame fuerte, mientras recuerdo que queríamos vivir en una casa al lado del mar. Mientras recuerdo, que poniendo esa cara que tanto te gusta, pero a mí me disgusta, que era ideal para cuando dije que la libertad estaba en cualquier parte, cuando dije, que la libertad no parte. Y te gustó y a mí me disgustó que te gustara.



¿Qué voy a hacer?

Soy lo que soy.

¿Qué vamos a hacer?



Dejamos de abrazarnos, te miré y sonreí.



Todo pasa.





FLASH.



No juegues jamás con sentimientos. Todo está tan lejos.

Y en mi planeta llovía triste y dulcemente.





C`EST FINI.



Las cosas mas importantes no se dicen. En una estación de tren lo dijiste a la persona equivocada, mientras te despedías de ella. Y tenías razón, las cosas más importantes no se dicen.

Todo lo bueno en algún momento tiene que decir, adiós.

Las historias terminan en una estación de tren, dándole un beso a la persona equivocada.







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